PRIMER CUATRIMESTRE
SEGUNDO CUATRIMESTRE
OBJETOS QUE DICEN "YO"
REMAKE 'NEW BOOK'
MI RELACIÓN CON EL CINE
FOTOGRAFÍA DE ARCHIVO PERSONAL
REMAKE - NARCISA HIRSCH
TRATAMIENTO AUTORRETRATO
Instalación que consta de dos partes, conectadas por el uso de un reflejo.
Por un lado, la proyección sobre una sábana (u otro tipo de superficie similar) puesta en un perchero (o algo con lo que pueda colgar la sábana) de una filmación en el interior de mi casa. Sería un tiro de cámara frontal hacia un espejo, donde se evidencia el dispositivo de video, y en la esquina inferior del encuadre se podrá notar una mesa de café con un televisor de tubo encima. Este video se mantendría en loop, con la intención de mostrar un fragmento de mi privacidad; todavía no tengo decidido si quiero aparecer en plano - y qué es lo que estaría haciendo - o cuál otro tipo de utilería cumpliría un rol en la puesta en escena.
La otra parte involucra la "extracción" del mueble y el televisor al espacio real, es decir, los mismos objetos que vemos en la proyección. El televisor va a estar reproduciendo una imagen estática de un recorte de mi fotografía personal, y como acompañamiento sonoro, un anecdotario construido por confesiones, historias o experiencias (ya sean positivas o negativas) de sujetos y la relación con sus respectivos padres. Esto se podrá escuchar con auriculares.
Lista de materiales:
(Lo que ya tengo)
- 1 mesa de café
- 1 computadora
- 1 DVD
- 1 sábana
(Lo que necesitaría)
- 1 televisor de tubo
- 1 proyector y 1 pedestal
- 1 perchero/algo con lo que pueda colgar la sábana.
- 2/3 auriculares
(Acá hice una bajada de las ideas en la mente con lo que tenía en casa. Faltaría tener en cuenta el pedestal con el proyector, pero la intención era probar la posición de los objetos.)
En otras palabras, se trataría de un dialogo entre un espacio doblemente virtual (ya que se trata de la proyección de un reflejo) y una parte 'material' o actual que sale de la pantalla y es la pieza central de la instalación.
Yo podría decir con seguridad que tengo un único recuerdo con mi viejo, del que incluso desconfío, porque la memoria puede ser traicionera. Del resto no se nada. El televisor es un aglutinador de relatos ajenos; recuerdos que yo jamás voy a tener pero de los que puedo vivir indirectamente. Es la búsqueda de construir una relación ficticia con mi papá a partir de las relaciones de los demás. El hecho de que esté en mi departamento busca denotar la convivencia que tengo yo con una añoranza que tuve toda la vida.
¿QUÉ ES PARA MÍ EL DIRECTO TELEVISIVO?
Cargo con una dosis diaria de dos medicamentos: por un lado, antirretrovirales (dolutegravir y lamivudina), ya que en 2022 me detectaron VIH, y por el otro, un ansiolítico. La cajita me la regalo un amigo, para simplificar el tramite.
Ya lo considero una suerte de maldición (o capaz una advertencia cósmica, porque la sordera es propensa en mi familia) pero no hay auricular que yo compre que no se me rompa- a veces -en meses. Desde que tengo memoria escucho música; es la primera práctica artística de la que tengo el recuerdo de haberla "descubierto" de chiquito, y la que me acompaña en todo momento.
(PD: estos también se me rompieron)
¿Puede un espacio traducirse simbólicamente como un objeto? La habitación de mi adolescencia dejó de 'ser' como tal en enero de 2024, cuando mi vieja se mudo del departamento en el que vivimos casi toda la vida. En las paredes pegaba las imágenes con las que me obsesionaba en la cabeza, o escribía palabras, versos y mensajes que sentía la necesidad de imprimir de algún modo. Me fue más fácil deshacerme de cosas (casi todas de la infancia) como libros, cuadernos, ropa; pilas y pilas olvidadas en el placar y una cantidad espantosa de polvo sin barrer. Sin embargo, si buscaba alguna suerte de catarsis en el acto de desarmar el tiempo encapsulado, no sucedió. Todavía sigo buscando las maneras de conectar con mi pasado, mi niñez, de una manera que me sea fiel, táctil y satisfactoria.
TP DIRECTO - Tratamiento y bitácora
TP DIRECTO
"RAÚL" - INSTALACIÓN
Mariana Enríquez
Tenía una vaga idea de su rostro hasta el verano pasado (cuando desarme mi habitación en Santa Rosa, ya contado unos centímetros más arriba de este zócalo). Colorado, cuasi-pelado, barbudo. Todo el mundo me dice que soy calcado a mi vieja, entonces de chiquito nunca le preste demasiada atención al aspecto de mi viejo. Es más, esta evasión aportaba a la construcción de una figura 'fantasmagórica' que supone él en mi vida. Entonces, imagínense cuando encontré varias fotos -demasiadas para mi gusto- de yo, bien peque, con él: me vi obligado a ponerle una identidad real (pero todavía intangible, porque no lo veo desde los 4 años más o menos). La virtualidad, que le es intrínseca a la fotografía, en relación a esa característica que se puede describir (banalmente) como el acto de "congelar un momento en el tiempo" hace que, cada vez que me quedo mirando esta imagen, me den ganas de realizar un ejercicio del tipo "memoria-sensorial"; trato de imaginar mis deditos, tratando de mantener agarrado el vaso de plástico, la tensión en mi cuello mirando para la izquierda, a mi primo (¿creo que es mi primo?), la jocosidad de mi risa de infante (mostrando con inocencia los prematuros dientes que tenía en ese momento) porque creo que siempre tuve una risa mínimamente estruendosa. Y luego la tactilidad de mi viejo: la manera en que los pelos de sus brazos se sentían levemente rasposos en mi cachete, la dulzura que permeaba hacia dentro de mi sensibilidad mientras me tenía abrazado, su voz (de la que no me acuerdo) seguramente grave, bien cerca de mi oído. A veces, si ando con ganas de sobre-interpretar, pienso en la pesadez de su mirada, observándome mientras mi atención está en otro lado. Es irónico pensar que en el "ahora", tiempo presente (tan remoto de los sucesos que se pueden ver en esta foto), los roles parecen haberse invertido.